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#Cablegate y la renovación diplomática

Por Mauro Accurso – Los efectos que causará el #cablegate y Wikileaks (que viene filtrando información sensible hace años pero recién ahora explotó mediáticamente) en el mundo del periodismo, la política e internet en general todavía están por verse pero, en el corto (o inmediato en realidad) plazo los diplomáticos sentirán de golpe.

cablegate

Hace ya 5 meses en mi blog contaba como el presidente ruso Dmitri Medvédev dio una muestra de tener los pies sobre la tierra en su discurso frente a embajadores y representantes permanentes de Rusia:

El jefe de Estado criticó a los embajadores por la falta de informes analíticos. “Se les dijo que el presidente puede enterarse de la actualidad internacional por Internet. Mucho antes de recibir sus reportes”, declaró otra fuente que pidió anonimato. Un funcionario de la Administración presidencial resumió en términos bastante drásticos el mensaje de Medvédev a los diplomáticos: “O cambian su mentalidad y visión de las cosas o abandonen la profesión”.

Es justo lo que demostró en muchos casos los cables filtrados por Assange (sobre todo en el caso de Argentina), los embajadores en muchos casos se limitan a repetir lo que dicen los mediosintereses petroleros de Berlusconi o la financiación narco en Nicaragua, por ejemplo. Y en muchos países hasta puede ser interpretado como positivo que sólo se filtraron banalidades: demuestra que el peso de la Embajada de Estados Unidos ya no es el de otras épocas.

Pero volvamos al tema que nos compete y que se vio magnificado ahora gracias a Wikileaks. ¿Como cambiaron las nuevas tecnologías el ejercicio diplomático?

En el pasado, los embajadores eran los mejores conocedores del país en el que servían, al punto de que prácticamente eran ellos quienes diseñaban la política exterior de su país hacia el Estado en el que estaban destinados. Así, en su “Long Telegram” de 1946, el encargado de negocios norteamericano en Moscú, George Kennan, plasmó en 8000 palabras las líneas maestras de la política de contención hacia la Unión Soviética que inspiraría la política exterior de Estados Unidos durante toda la segunda mitad del siglo. Pero en una época con medios de comunicación masiva, donde la información fluye en tiempo real en Internet y las distancias se han acortado enormemente, el papel de las embajadas y de los diplomáticos destinados en ellas ya era decreciente. Hoy en día las embajadas no suelen hacer la política, sólo la gestionan, es decir, ejecutan las directrices que vienen de la capital e informan de sus consecuencias. Para ello se apoyan en una red de contactos locales más o menos afines que los ayudan tanto a contrastar la información que aparece en los medios de comunicación como a entender lo que realmente pasa dentro de los países.

Así lo explica José Ignacio Torreblanca en El País y recomiendo leer la nota en detalle: concluye con la afirmación de que “muy probablemente, Wikileaks haya clavado el último clavo en el ataúd de la diplomacia clásica”.

Más que seguir teorizando, para terminar ya podemos ver las reacciones del ambiente diplomático.

Por un lado, Columbia University School of International and Public Affairs, que forma futuros diplomáticos envió un correo electrónico advirtiendo a los estudiantes que eviten escribir comentarios en redes sociales o poner los links a los cables filtrados si alguna ves quieren trabajar para el Departamento de Estado.

Por el otro lado, desde el Ministerio de Relaciones Internacionales de India les salieron a pedir a los estudiantes que analicen y hasta emulen el “estilo conciso y directo-al-punto” de los cables norteamericanos quejándose de que los “diplomáticos indios muchas veces se alejan del punto en sus tediosamente largos cables. Según un diario local, “antes de la computarización, los cables diplomáticos prioritarios tenían que ser cortos y concisos ya que debían ser encriptados y decriptados en ambos extremos. Con la llegada de la encriptación y decriptación automática, un diplomático indio escribe oraciones largas y cita documentos que están disponibles en público”.

Mientras tanto, si bien no trascendió demasiado, ya se rumorea que la administración Obama planea una “major reshuffling of diplomats” en los lugares donde los diplomáticos firmaron los cables ;)

Por Mauro Accurso – periodista freelance, hoy se lo puede encontrar en su blog Tejiendo Redes, Twitter y Celularis, donde sigue incansablemente los lanzamientos de los últimos dispositivos y las noticias más relevantes del mercado móvil.

2 respuestas en “#Cablegate y la renovación diplomática”

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