La diferencia entre un mentor y un advisor es bastante clara aunque hoy en día se usen estos términos de forma casi similar; creo que esta mezcla constante no suma valor a nadie más que a los que usan estos títulos en sus redes, y evita que uno pueda sacarle todo el valor a esa relación. Primero me gustaría explicar muy básicamente la diferencia entre uno y otro:
- Un advisor o asesor tiene un rol perfectamente claro, mucho más formal, específico y definido en el tiempo. Te puede ayudar en una estrategia de ventas o en una arquitectura de servicios, pero raramente puede salir de su campo de conocimiento.
- El mentor, por otro lado, crea una relación a lo largo del tiempo y en general es un modelo a seguir en uno o más partes de tu carrera; esta es la segunda diferencia: podés ser mentor de una persona pero NO podés serlo de una empresa.
Con esto en mente y basado más en experiencias personales que otra cosa, me gustaría hacer una pequeña lista de consejos básicos para que estas relaciones sean valiosas para todos:
- Establecer objetivos es el primer paso, y es en un ida y vuelta que se debe armar desde el primer momento, cuando ambas partes deben escuchar al otro, entender qué se puede sumar y qué no. Las expectativas son siempre la clave.
- Aunque establecer un calendario de reuniones/contactos ayuda a que esas expectativas estén presentes y a tener una guía, creo que es clave tener acceso constante en el momento exacto en el que hay que “operar”. Reuniones espaciadas pero con agenda concreta y una llamada cuando es realmente necesario es lo ideal.
- Escuchar, preguntar, ofrecer consejo. No vas a lograr nada de un mentor si no sos claro en lo que necesitas, si no explicas claramente el escenario y contexto. Es ahí donde el mentor puede preguntar para dar un consejo o guía que el “mentado/protegido” puede aplicar, y no ver como simple anécdota.
Mis mejores mentores son personas generosas que ni siquiera son formalmente mentores aunque busque activamente su consejo. En general no necesitan “SER MENTORES” simplemente, escuchar, guiar y ayudar a tomar decisiones
Personalmente Martin Varsavsky es uno de mis mentores más ¿completos? hace mucho tiempo. En este tiempo aprendí que va a dar una opinión honesta, aunque descarnada, y siempre compartiendo desde agenda hasta tiempo que es SU RECURSO FINITO y valioso. Por eso mis pedidos son específicos y variados (desde definiciones de carrera en Wayra, Microsoft o Hipertextual hasta desarrollo de negocios) y nunca recibí un “no puedo” y si estaba en momentos complicados, encontraba la forma de conectar aunque sea via WhatsApp.
Pocas cosas pueden ser más satisfactorias que ser un buen mentor o un buen “mentado”. La cantidad de datos, puertas, consejos y hasta amistades a largo plazo que puede forjar sólo están limitadas por el ida y vuelta honesto entre ambas partes. Los give and gets formalizados se acompañan con generosidad y buena onda.
Si tenés la suerte de ser mentor:
- Siempre abrí las puertas a tus contactos. Asumamos que a lo largo de tu carrera lograste que gente del mercado confíe en vos: compartir agenda como mentor brinda velocidad de acceso y tiempo de personas fuera del alcance. Un buen mentor comparte porque sabe que eso reafirma la confianza de toda su red.
- Cuando uno es un mentor, la relación es interesante porque más que “consejo activo” es reactivo y ofreces experiencia y, muchas veces, ¿sabiduría? En general esos consejos ayudan que el “tutelado” tenga otro punto de vista
Pero lo más interesante de esto es que la relación entre mentor y mentado/protegido/aprendiz/padawan brillante es que cuando las expectativas y la confianza son mutuas, puede sumar valor a ambos..
Aprendí a ser mentor en dos pasos; primero a los golpes, con inversiones o posiciones en consejos que fueron desastrosos pese a parecer hechos en el cielo y luego gracias a lo que aprendí de mis mentores como Martin. Y lo que logré entender es que se puede “crear valor” en una dinámica personal y humana pero que algunas reglas multiplican el valor de esa relación.