La suprema corte de Suecia decidió prohibir el uso de drones con cámaras porque son potencialmente un aparato de vigilancia y por lo tanto solo pueden usarlas los policías o con un permiso especial para filmación que es uno de los permisos más caros que se conceden en ese país.
Es interesante porque las leyes suecas tan liberales en muchos campos son de las más estrictas en cuanto al tratamiento de la privacidad y aunque a nivel personal no esté de acuerdo con esta prohibición total de algo que tiene decenas de usos válidos debo reconocer que tiene cierta lógica en su argumento.
“the [drone] camera can be used for personal monitoring, although it is not the purpose. The camera is therefore to be regarded as a surveillance camera.”
Y la lógica de esto, frente a la de permitir el uso de cámaras en cascos o autos (que se da en el mismo comunicado) es que básicamente uno extiende el alcance de lo que puede ver/vigilar más allá de nuestra línea de visión natural convirtiéndose en algo que potencialmente puede salir del dominio público e invadir espacios privados.
Una sola de las pequeñas batallas que se avecinan en el balance entre privacidad y libertad.