Cuando Snowden le aviso a Glenn Geenwald sobre PRISM y este no le creía que era real, nunca imagino que iba a terminar con el Gobierno Británico usando actos simbólicos de terror para detener sus reportes.
Para ponerlo simple, por un lado detienen a su pareja en Heathrow el máximo legal posible y le retienen todo elemento electrónico, por otro lado una fuerza del GCHQ [Government Communications Headquarters] se ocupó de destruir todo disco rígido y notebook de su pertenencia en la sede del diario The Guardian.
Son actos sin otro punto que demostrar que pueden convertir tu vida o tu profesión en un infierno. Es el aviso del Gobierno de que están presentes en tu trabajo, de que saben quien es tu pareja o familia y que pueden investigarlos sin justificación porque hay una “ley patriota” o una “Section 7 de ley del terror del 2000”. Son actos simbólicos de terror.
Esa es la gran diferencia entre un ciudadano y su gobierno. La autoridad que dirige, controla y administra las instituciones del Estado y que, sobre todo, tiene el monopolio del uso de la fuerza. Es el que puede exhibir frente a cámaras tu historial fiscal, el que puede destruir tus discos y el que puede encerrarte en Guantanamo y dar explicaciones… ¿una década después si tiene ganas?
Los documentos que filtró Snowden están en la nube, están en varios medios del mundo y están hasta distribuídos en todo el mundo ¿en serio imagina alguien que se va a frenar la publicación o el trabajo de los periodistas sobre esos documentos? No, solo mostraron poder.
Solo fue uno más de los actos simbólicos de los estados que muestran que se creen por encima de sus ciudadanos. Solo tengo la esperanza de que cuando necesitan mostrar que son poderosos, es porque perdieron parte de su poder.
2 respuestas en “Actos simbólicos de poder”
[…] como el correo electrónico dejó de ser seguro y los gobiernos tienen herramientas para crear actos de terror simbólico; algunos servicios deben decidir entre existir con una falsa promesa de privacidad o cerrar sus […]
El poder del estado se basa en su fuerza de represión. Seas liberal o marxista, sabes esto, y es algo que nunca se debería descuidar. Lamentablemente parece que el mundo occidental se olvidó de lo terrible que puede llegar a ser tamaño poder. No debe existir directamente, hay que achicarlo, quizas reformular los estado nación, países más chicos, democracias un poco más directas, estrategias sociales que apunten a calidad de vida y no sólo “negocios”. Tampoco perder de vista el poder de corporaciones, que como ahora podemos ver una vez más con las batallas de los gigantes que practicamente se adueñaron del tráfico de internet, sin violencia claro, pero que terminan con demasiado peso en la vida de la gente de a pie, dando más poder a sectores detrás del telón, como son las agencias de gobiernos y empresas que los bancan para ganar más influencia o mercado.
Creo que estamos como la rana en agua caliente: http://www.youtube.com/watch?v=K0R8hwemod8