Les invito a leer en detenimiento esta nota en la Rolling Stone edición Argentina y, luego, me gustaría que lean mi opinión sobre la campaña de miedo que comenzaron a imponer las discográficas en Argentina, casualmente cuando Morgado impulsa el cobro del canon digital en este país.
El grave error, que parece caer justo en la estrategia de la CAPIF, es que No hubo ni sentencia ni orden judicial con lo que, lo que reseña la nota, es un simple arreglo entre dos partes por la que una parte le da a la otra $5000 por miedo.
Que quede claro, la Justicia no participó del arreglo ni de la mediación, así que, de ahi en adelante, todas las inferencias y suposiciones que se hagan en cuanto a la legalidad de lo que hizo o dejo de hacer "Roberto Cámara" son mentiras... pero no termina ahi.
Todos los argentinos son piratas
Lean con detenimiento esta frase de Pablo Cancelliere:
"El argentino es pirata: si es ilegal, más le gusta hacerlo. Los pibes de 15 años piensan que la música es gratis, que no tienen que pagar por eso… y las demandas van a sus padres." ... "parar la piratería es una decisión política. Internet, si querés, se corta de la noche a la mañana".
¿Entienden ahora porque el concepto de canón digital que quieren introducir? Para ellos el cánon no es injusto ni indiscriminado porque "el argentino es pirata" y no importa, en esa generalización, que uno diga que el canon es injusto con razones.
Artículo 72 bis de la Ley 11.723
Yo lo vengo repitiendo hace tiempo, el debate del cánon solo busca introducir cambios en la ley de propiedad intelectual que ellos no se animan a proponer por su cuenta; lean el texto:
«Art. 72 bis. — Será reprimido con prisión de un mes a seis años:
a) El que con fin de lucro reproduzca un fonograma sin autorización por escrito de su productor o del licenciado del productor;
b) El que con el mismo fin facilite la reproducción ilícita mediante el alquiler de discos fonográficos u otros soportes materiales;
c) El que reproduzca copias no autorizadas por encargo de terceros mediante un precio;
d) El que almacene o exhiba copias ilícitas y no pueda acreditar su origen mediante la factura que lo vincule comercialmente con un productor legítimo;
e) El que importe las copias ilegales con miras a su distribución al público.
El concepto que está presente de manera constante es comercializacion, precio, alquiler.. ¿que parte de lucro no se termina de entender? Pero, la campaña de miedo no termina ahi y, en medio de algo que parece más un comunicado de prensa que una nota periodística, Pablo Máspero reconoce que ni siquiera hay perjuicio potencial:
Pero entendemos que el downloader es un comprador en potencia… queremos hablarle con el tono justo. Esto se trata de que la gente pague. Aunque sabemos que hay una bulimia del download. El usuario que baja tracks es como un gordo en un tenedor libre: no baja todo lo que compraría
Ahora vamos por los ISP
Y no termina ahí, Javier Delupí de 33 años y Director Ejecutivo de la CAPIF, dice:
"Los proveedores de internet abrieron la puerta, ahora tienen que reconocerlo y ayudarnos a cerrarla. La tecnología le dio poder al usuario y esto se convirtió en una dictadura del acceso".
Con lo que terminan de cerrar su estrategia de tres pasos.
Miedo, Incertidumbre y Duda
Publiquen notas que dejen el sabor del miedo en la mente de los consumidores de Internet que nunca leyeron la Ley de Propiedad Intelectual; Amenacen a los ISPs por ser los "promotores" de esto y digan que "se puede cerrar internet de la noche a la mañana"; Insulten a todos los Argentinos diciendoles "piratas" y muestrense lejos de eso porque "somos diferentes".
Luego, consigan que un grupo de músicos convocados propongan un cánon digital y que la batuta la lleve un diputado oficialista para "plantear el debate" y, ahí nomás, sigan publicando notas en medios con cierta credibilidad (Rolling Stone dió un paso en falso feísimo, ¿la estrategia de salir en Infobae no les resultó?) con frases que logren cierta empatía "soy el primer boludo al que le pasa esto" y listo.
Esos son los componentes ideales para setear una agenda en los medios de comunicación y luego decir que "son los músicos los que reclaman este debate".