El viernes pasado el INADI convocó a varios periodistas para consultarnos acerca del nuevo Observatorio de la discriminación en Internet que decidieron crear ahora que el Instituto recibe unas 45 denuncias semanales por casos de discriminación en Internet, dentro de las cuales 60% provienen de grupos y/o usuarios de Facebook (una empresa que el INADI quiso contactar pero sin demasiado éxito ya que en el país sólo tienen un abogado que deriva las consultas a USA). Está claro que este año, gracias a los programas de tele que empezaron a utilizar Twitter y Facebook desaforadamente, el fenómeno creció mucho y el total de denuncias en lo que va del 2010 ya superó a todo el 2009 con varios casos de cyberbullying en el país que llegaron a primera plana.
Entonces, el INADI decidió meterse en terreno empantanado con este Observatorio pero pese a que esperaban reacciones adversas, en un principio los medios fueron benevolentes con la iniciativa (hasta recibieron un feedback positivo en las encuestas de La Nación!) quizás por el propio miedo que le tienen los medios tradicionales a un ecosistema que no pueden controlar.
Reconozco que -como alguien fóbico con respecto a todo lo que pueda acercarse en algún sentido al concepto de censura- llegué con prejuicios a las oficinas del INADI a escuchar de que se trataba el Observatorio de la discriminación en Internet cuyo trabajo se va a centrar en 3 ejes:
- Investigación: "delimitar conceptualmente la problemática y dar cuenta de sus alcances y dinámica, lo que permitirá una mejor fundamentación de las políticas públicas que se formulen para abordarla".
- Prevención: "concientización de los usuarios acerca de los efectos que la actividad en Internet tiene en la vida cotidiana, cuando no se está conectado. Los efectos de las conductas virtuales tienen un correlato en la realidad y por esto corresponde, de acuerdo a la ley 23.592, en los casos en que es posible indentificar a quien o quienes las infringen, que los sitios, redes sociales o demás actores de Internet contribuyan impidiendo la prosecución de estos hechos bajo su órbita".
- Intervención: "evaluación de las mejores modalidades de moderación de prácticas discriminatorias dentro de redes sociales y sitios con sistemas de publicación colaborativa de contenidos. No es un mecanismo de control o vigilancia ni es su objetivo producir leyes específicas para regular los contenidos en Internet. La Argentina cuenta con legislación que penaliza los actos discriminatorios (ley 23.592)".
En cuanto a los dos primeros ejes, no se puede cuestionar demasiado y, de hecho, algunas propuestas para fortalecer la "prevención" me parecieron muy buenas: dar cursos para moderadores de sitios importantes para que conozcan la Ley de discriminación argentina además de capacitación para padres y docentes (muy importante ahora que se vienen con todo los programas al estilo OLPC en el país).
Obviamente, cuando empezamos a hablar de "Intervención" es donde tenemos que prestar atención y este es el objetivo del Observatorio en ese sentido: "Establecer canales de interlocución con las compañías de Internet para dar aviso de la presencia de contenidos o actividades discriminatorias en sus redes, exhortándoles cuando corresponda (según conste en denuncias y/o dictámenes del Inadi realizados por sus profesionales especializados) a que den de baja los grupos que discriminen o hagan uso de contenidos xenófobos y/o racistas y que, a su vez, apliquen las normas de uso y de convivencia propias en casos de que las mismas no se apliquen".
En este punto, la gran duda de varios en la reunión fue si la red social de turno iba a terminar actuando de juez en todos los casos que le avisara el INADI ya que, está claro que una empresa va a ser más propensa a dar de baja un grupo, por ejemplo, antes de meterse en un problema con el estado y el creador de dicho grupo nunca va a tener derecho a réplica. Todos vamos a estar de acuerdo en casos de discriminación abierta a grupos étnicos o religiosos pero siempre hay grises en estos casos y a los grises es donde hay que prestar atención. El tema es que cuando el INADI recibe una denuncia lo que hace es analizarla con sus abogados y expertos para ver si de verdad se trata de un caso de discriminación (la minoría en las denuncias que le llegan) y, según la ley argentina, ellos no pueden hacer la vista gorda y está en sus deberes actuar en consecuencia para tratar de que cese la discriminación.
Entonces, por un lado, no nos gustaría que el INADI termine siendo juez de lo que se publica en las redes sociales (y la verdad es que por una cuestión de volumen nunca van a poder abarcar todo) pero al mismo tiempo, si una nena de 10 años está siendo humillada públicamente en Facebook el INADI no puede dejar de actuar y avisar a Facebook sobre el problema (en ese sentido, deben aplicar la misma dinámica que en la vida real). Este fue el principal tema de debate en la reunión así que aprovechen para dejar sus opiniones porque desde el INADI todavía están debatiendo sus acciones con este Observatorio.
Por otro lado, me gustó la postura de Morgado, quien afirmó que se verían satisfechos "si con esta iniciativa podemos evitar la legislación dura de regulación de contenidos en internet" y el equipo de trabajo parece consciente de que si se exceden en sus acciones van a recibir muchas críticas.
Si bien quizás no es exactamente su tema, sería interesante que el INADI aproveche para defender al usuario frente al abuso de las empresas en internet en cuanto a privacidad y tome como propias banderas como la neutralidad de la red que, en el fondo, es la discriminación más grave que podemos sufrir en este ambiente... la discriminación del tráfico ;)
Por Mauro Accurso – periodista freelance, hoy se lo puede encontrar en su blog Tejiendo Redes, Twitter y Celularis, donde sigue incansablemente los lanzamientos de los últimos dispositivos y las noticias más relevantes del mercado móvil.