Hace unos días estoy leyendo y releyendo The Dribbblisation of Design que, sin atacar a la comunidad de Dribbble en si misma, habla de la desconexión que existe últimamente entre las comunidades de diseñadores y los que, mediante el diseño, buscan resolver problemas sean uso o de información.
Una frase me llama la atención del post y realza la famosa discusión sobre si el diseñador debe programar o al menos entender de código:
Hay una razón por la que gente dice que los diseñadores deben saber código. Estés de acuerdo con eso o no, los diseñadores necesitan ciertamente definir el problema y la solución no en píxeles, sino en términos de describir lo que sucede entre los componentes de un sistema. Y luego, crear prototipos, empezar a programar y afinar los detalles mientras datos reales muestran inevitablemente cosas que se pasarían por alto y no podrías haber predicho. Interacciones de trabajo con datos reales dan una mejor idea de cómo algo se siente.
Y estamos hablando de diseño, en un mundo de constante interacción (click, point, hover, share, etc.) ver un set de wireframes estáticos es apenas el comienzo del verdadero diseño de interfaces... y eso es lo que deberían recompensar las comunidades en vez de si un ícono es lindo o no.
Y si, yo también instalé 70 apps de pronóstico de tiempo solo porque eran lindas para darme cuenta, luego, que había perdido el tiempo :)
Los diseñadores vivimos la trampa de la belleza y confundimos el fin con los medios. El fin es comunicar, ese es el afán diario que nos debe mover; construir puentes de comunicación para que otros hablen. Pero los Diseñadores construimos en belleza y cuestionamos desde la emoción algo que debe combinarla con la razón pura.
Hasta la internet esto estaba más o menos aclarado, en realidad Dieter Rams mediante y todo el racionalismo del Bauhaus le dio sentido a un oficio que combino siempre la artesanía del alma material desde donde diseñamos y la estética. Hasta qué llego la web y lo cambio todo y nada, porque la discusión es la misma, no más que los Diseñadores queremos vivir la trampa de la belleza porque si logramos conectarnos con las musas y ofrecemos belleza, nos quieren, nos aprecian. Es un tema de ego.
Creer que el Diseñador es el protagonista sólo habla de narcisos que se copian a sí mismos en un loop interminable.
Mi pega, mi oficio es que la vida sea mejor y ese es un trabajo anónimo, nunca ajeno, pero sí es impersonal, grupal y metodologico, uno que mezcla la emoción de las interfaces con la razón de lo wireframes y la interacción.
Soy Diseñador, no Artista. Diseño para otros, el artista obra para sí mismo. Me importa el juicio de mis obras, el artista las aborrece. Persigo objetivos claros, el artista traza caminos insospechados…
Algo muy a propósito de lo que siempre me acuerdo cada vez que sale este tema:
El diseño web no es solo forma, también es función. Existe para ayudar a cumplir un propósito, un fin. Está para usarse, no para contemplarlo nomás como si fuera un cuadro en una galería. Si alguien cree lo contrario, se equivocó de carrera me parece :P
Alguna vez leí por ahí que el Diseño Web debería estar más asociado a la Arquitectura que al Diseño Gráfico. Porque se realizan diseños donde uno se mueve, e interactúa.