Recuerdo que hace dos años leí How Uber and the Sharing Economy Can Win Over Regulators de Sarah Cannon y Lawrence H. Summers detallando los problemas que los startups que se meten en mercados regulados tienen y como atacar a los reguladores.
Es, tal vez, uno de los blueprints más detallados de como tener una estrategia para evitar problemas políticos que frenen tu desarrollo y dos años después, Uber parece haber desarrollado esta estrategia de forma casi exacta y con excelentes resultados pero AirBnB dejó pasar la oportunidad de ganarse el mercado de forma limpia... por dos errores clave: subestimar el adversario y darles tiempo de generar alternativas.
"It is easy to blame regulators for business problems and be right. It is more difficult but far more rewarding to avoid regulatory problems and enjoy business success. Since many of these businesses come out of Silicon Valley it is easy to think the largest risk is the underlying technology or competition. However, the major risk to the viability of many sharing economy firms is that a city or state government rules its business model impermissible. Hoping regulators play along is not an option, and antagonizing city governments is ill-advised."
Lo interesante del caso es que AirBnB es, a todas luces, la empresa amigable que hace cosas con la comunidad y Uber es visto como el malvado que destruye empleos, pero el que está teniendo más problemas es AirBnB porque, vale la pena resaltarlo, la industria que ellos están cambiando no es vista como una "mafia de taxistas que se aprovechan de nosotros" sino una cadena de hotel sin rostro pero empática o "comités de vivienda asequible en ciudades grandes".
Cuando uno mira los lanzamientos de Uber en cualquier lugar ve como llegan y golpean sin dar espacio a reaccionar a los gobiernos, y la escena es similar, taxistas quejándose, el tránsito colapsado, los ciudadanos/usuarios armando grupos "a favor de la libertad de elección" y mientras su equipo de casi 200 lobbistas atacan a los reguladores, legisladores y medios.
¿está bien? ¿está mal? sinceramente creo que se podría hacer de forma más amigable pero hasta ahora sus problemas son contados con los dedos de una mano y en ciudades irrelevantes (Buenos Aires por ejemplo así no se enojan otros) mientras que AirBnB está enfrentando juicios gubernamentales y demandas civiles en San Francisco y New York que, asumo, son mercados un poquito más valiosos ;)
Si me preguntan a mi, ser rápidos en atacar a los reguladores y tener una batería de datos para poder mostrar el valor que uno suma a la sociedad son claves en los startups que están en mercado no-regulados, porque esperar de forma reactiva le va a dar tiempo a los incumbentes a mirar a su alrededor, entender que pasa y destrozarte de formas creativas.
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