Hay una nota muy interesante en Advertising Age sobre el portfolio de propiedades web en las que, los principales diarios de USA, están invirtiendo o desarrollando pero, al ver su hipótesis creo que esta errado casi totalmente, el autor dice:
Mito: los diarios clavan sus cabezas en la arena y esperan que Internet desaparezca.
Realidad: Los diarios tomaron hicieron algunas de los más grandes y tempranas movidas en la web, la mayoría resultaron un fracaso y luego fueron arrollados por Google como todo el mundo.
¿porque digo que está errado de base? Porque: a) Poner un sitio online no es “tomar riesgos y grandes movidas” en la web; b) decir que fueron “arrollados por Google como todo el mundo” es correr la responsabilidad de sus errores y decir “Google es muy poderoso para mi”… si es poderoso para ustedes ¿que le queda al resto?
Ahora, en cierto sentido puede tener razón, los diarios hicieron muchas cosas tempranas en la Web y puedo recordar: Cobrar por el acceso a los contenidos; Cobrar por los clasificados dejando de lado el negocio de las subastas y los clasificados gratuitos; Separar redacciones y hacer que las ediciones online no puedan tener las primicias; Entender el RSS 5 años después que los blogs… etc.etc. pero la idea de la nota no es pegarle a empresas que: a) son máquinas de efectivo y b) siguen teniendo más poder político y de investigación que cualquier nuevo medio.
La primer idea, al leer esta nota, era ver si es posible compilar una lista similar pero que analice los proyectos en los que los medios de comunicación en español (sean de cualquier país donde se hable español como lengua oficial) y ver sus éxitos y fracasos… esa idea queda abierta para cualquiera con ganas de hacerla o crearla colaborativamente :)
La segunda idea es bastante más simple; explicar el porque los medios no se animaron a meterse en los negocios que resultaron exitosos y que no fueron “arrollados por Google” (decir eso es esconder la cabeza y decir “no podemos con alguien tan grande”) y la razón es la cantidad de poder y efectivo que acumulan los medios ¿en serio se imaginan a un Pais.com o un Clarin.com creando un mercadolibre.com cuando tienen sus clasificados o haciendo que estos sean gratuitos 100% como en OLX?
¿Y cuando se va a dar el cambio? principalmente cuando las audiencias terminen de abandonarlos, por eso están buscando como saltar de un medio a otro sin saber muy bien como, pero la realidad es que muchos emprendedores están subestimando a jugadores con efectivo y recursos como para competir de igual a igual con quien sea…. afortunadamente, en general, hacen las cosas mal y no se los puede comparar con Gannet Publishing que adquiriendo más de media docena de startups y creando los suyos propios ya está previendo ingresos digitales de casi u$s1.000 millones en este año.
En definitiva, les dejo el link a la nota Advertising Age::Newspapers Build Digital Portfolios.
6 respuestas en “El portfolio digital de los medios tradicionales”
Excelente la nota. Fijate como teniendo éxito con cars.com, apartments.com y otros sitios de clasificados, no quieren mezclarlos con su tradicionalismo.
En fin, los medios tradicionales siempre serán medios tradicionales con todo lo que ello implica:
* Celos de su información
* Miedo a compartir
* Temor en dejar participar a sus lectores
El único que aveces parece despegarse de resto es el NY Times.
También sería interesante que se analizara o explotara cómo se puede usar a Google para crecer en vez de que te pase por encima.
Cuando uno entiende la magnitud de Google puede reacomodarse en el mercado y ver que Google puede llegar a hacer más bien que mal. Creo que ya con eso se avanzan bastantes casilleros.
Lucas, yo agrego a guardian.co.uk
Definitivamente el tema es complejo y merecería una investigación a fondo. En realidad, algunos diarios hicieron una muy temprana aparición en Internet, como por ejemplo el diario Hoy de la capital ecuatoriana que aparentemente sería uno de los primeros de habla hispana en la web, pero que se quedó muy estancado. Sólo hace pocos meses empezó un proceso de reestructuración, renovó su sitio (ahora gestionado con WordPress) e incluso tienen un reporte continuo vía Twitter desde la sala de redacción. Es triste, sin embargo, que este diario que en algún momento se destacó por su línea progresista y sus excelentes columnas de opinión, se haya dormido en los laureles. Recuperar el tiempo perdido le va a costar mucho trabajo y ciertamente que, al igual que para muchos otros diarios, tampoco sus fallas han sido culpa de Google.
Otros diarios ecuatorianos como El Comercio y El Universo han evolucionado un poco mejor, pero su interactividad no es todavía muy grande y parecería que siguen centrando su confianza en la versión impresa que, en ambos casos, aún tiene amplia difusión. De todas maneras, el hecho de que lamentablemente todavía una buena parte de los ecuatorianos no tenga acceso a Internet desde su hogar hace que aún no sea tan clara la crisis de los medios impresos como en otros países.
Es claro que los diarios no esperan que Internet desaparezca pero quizá la mayoría pensó que la web era un medio más. Los periódicos siguieron existiendo pese a la aparición de los noticieros de radio y de televisión, pero quizá no se dieron cuenta a tiempo de que la web era, entre otras cosas, la hoja de papel periódico del futuro y no un medio complementario. Por otro lado, hay que ver que el modelo de publicación en Internet propuesto por los diarios sólo empezó a ser fuertemente cuestionado cuando empezaron a volverse populares los blogs. Antes de la amplia difusión de los blogs, los portales de noticias y las ediciones virtuales de los periódicos marcaban el paso.
El análisis en el caso latinoamericano no deja de ser complejo. Primero, hay que ver que en conjunto el rey de las noticias virtuales parecería ser desde hace mucho tiempo BBC Mundo que, pese a ser un medio tradicional, es el que aparentemente marca el paso en el mundo noticioso latinoamericano (a pesar de ser británico), quizá debido a que la BBC era ya bastante conocida y a que, además, se ha adaptado muy bien a los nuevos tiempos (quizá le haya ayudado también el hecho de no haber sido nunca un medio impreso). Segundo, las inversiones o asociaciones ya se han dado aunque entre actores tradicionales y sin ningún resultado espectacular, como por ejemplo la alianza que existió alguna vez entre El Tiempo de Bogotá o El Comercio de Quito con Terra o la compra de parte importante del paquete accionario de El Tiempo por parte de Planeta. Tercero, las iniciativas no tradicionales en la región son varias pero todavía no tienen tanta fuerza como en Estados Unidos. En todo caso, los diarios tradicionales de América Latina podrían invertir en negocios virtuales ya establecidos en áreas como los clasificados, la publicidad en línea, las redes sociales, la música o el video (que son algunos de los que aparecen en el artículo en inglés que enlazas) aunque es probable que esto vaya a ser más la excepción que la regla debido a que este tipo de inversiones implicarían un giro casi total hacia lo virtual que muchas empresas periodísticas no están aún dispuestas a dar. Cuarto, el tema de los ingresos económicos potenciales es el más difícil en el caso de ciertas gigantes empresas periodísticas tradicionales. No olvidemos que hace algunos años CNN dejó de publicar su portal cnnenespanol.com aparentemente porque a pesar de tener bastante tráfico no encontraron forma de rentabilizarlo. Difícilmente los grandes diarios comprarán empresas virtuales con alta popularidad pero bajos ingresos, pues justamente lo que más desean es tener suficientes ingresos que compensen la caída de la demanda de sus hasta ahora productos estrella.
Los periódicos virtuales del futuro quizá sólo dispongan de unos muy modestos ingresos y es posible que su tamaño sea más parecido al de empresas como Hipertextual que al de algún gran periódico actual de cualquier capital latinoamericana. Como la cantidad de seres humanos es finita y el número de personas que buscan tener algún tipo de presencia periodística en Internet es muchísimo más alto ahora que cuando sólo existía el papel, es claro que el dinero que habrá proporcionalmente para repartirse será mucho menor que antes. Las grandes empresas periodísticas tienen, sin duda, los días contados.
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Qué acertada la opinión Mariano.