Esta idea ridícula del gobierno de Shangai me recuerda a la de cierto país que no sólo terminó convirtiéndose en un lugar de turismo sino que "asesinó" una generación de inversores ángeles.
Cuando la forma de "convertirse en un hub global de innovación" se apoya en grants sin una estrategia sólida lo único que se logra es atraer oportunistas.
Se escribe Shanghai, pronunciado shang-jai.
Ahora me quedo la intriga de cuál es ese país.