Me gustó y mucho el paper On our best behaviour de Hector Levesque [PDF para descargar y análisis en The New Yorker] porque es una de las primeras críticas inteligentes que leo a los trucos que usan los desarrolladores de programas de inteligencia artificial para ganar el Loebner Prize pasando el Test de Turing
La ciencia de la Inteligencia Artificial [AI] se ocupa del estudio de las formas inteligentes de comportamiento en términos computacionales. Pero, ¿qué nos dice cuando una buena apariencia de un comportamiento se puede lograr usando trucos baratos que parecen tener poco que ver con lo que intuitivamente imaginamos que es la inteligencia? ¿Están mal estas intuiciones, y es, la inteligencia, en realidad solo una bolsa de trucos? ¿O están en lo correcto los filósofos y una comprensión conductual de la inteligencia es simplemente demasiado débil? Creo que ambos están equivocados. Sugiero, en el contexto de la pregunta-respuesta que lo que importa cuando se trata de la ciencia de la AI no es una buena apariencia de un comportamiento inteligente lo que importa en absoluto, sino el comportamiento en si mismo y cómo se puede lograr este. [Abstract]
Básicamente esto es una critica a la filosofía del momento actual de la investigación de la AI y como están en algunos casos dejando de lado lo que implica crear inteligencia en si misma en vez de un set de respuestas a preguntas que tiene éxito si logran "engañar" al que pregunta... y eso lo que este paper, entre muchos otros (pero este me llamó la atención este "casi-domingo") sugiere: cambiar el paradigma y empezar a pensar en la inteligencia real cuando se busca crear una artificial en vez de buscar respuestas engañosas solo para pasar un test :)
Les recomiendo leer el PDF para descargar
Es algo en lo que siempre pienso. Cuando uno lee sobre avances en IA, para el que entiende (de programación, principalmente), es obvio que se trata de programar trucos, que salten los tests, y aprovechen la gran capacidad de cómputo y de manejo de bases de datos enormes.
Es la diferencia entre programar un “ojo” que detecte patrones, y programar un ojo que siga una pelota roja.