Nota: Estos pensamientos erráticos son totalmente míos a partir de muchas lecturas pero sin ninguna base científica. Igualmente me costaría creer que mucho de ustedes no se sientan identificados
Es lindo el sentimiento que da el haber conseguido un descuento. En Argentina estamos acostumbrados hace tiempo, con la inflación a veces no queda otra que esperar alguna promo para comprar. Desde hace unos años que los bancos con sus tarjetas de crédito han hecho ofertas desde el 10% hasta llegar a 35%.
Esa sensación que nos da comprar barato es comparable con el de ganar una apuesta. No solo nos dan el objeto a ser comprado sino también el poder contarle a un amigo lo barato que nos salió.
Todo lo anterior estaba bien cuando el descuento era la oportunidad esporádica como comprarse el televisor antes de un mundial. Pero cuando el descuento es la regla empezamos a tener una serie de problemas como consumidores y como minoristas. Caemos en un problema de expectativas, si el descuento es el precio no puedo pagar más que eso.