Uno de los mitos urbanos más escuchados en el mundo de los emprendedores e innovadores es “Los ganadores no abandonan” y creo que pocas veces escuché una estupidez semejante; lo inteligente no es seguir amarrado al Tittanic porque “soy un ganador” sino saber cuando salir sin irte a pique con la mirada estoica en el horizonte…. sea porque le diste a un iceberg tamaño Groenlandia o porque nadie te ayuda a evitar que lo atravieses pensando que es de manteca.
Para ponerlo de otra forma; si tu proyecto no funciona, si tu proyecto está en un mercado sobresaturado, si no podés sumar valor desde tu posicion, si sentís que el mercado cambió y no podés competir desde ese lugar… yo pensaría seriamente si seguir en ese camino o no.