Si algo me divierte observar en el mercado de startups o de Internet de Silicon Valley es la competencia despiadada que hay por el talento disponible y que hace que cada persona pueda exigir condiciones que pocas veces eran posibles; y esto se da por dos temas coyunturales:
a) Un mercado con líquido para invertir en pequeños startups flexibles y escalables, que no necesitan millones de dólares para mostrar que un modelo de empresa funciona.
b) Una infraestructura tecnológica y de APIs que permite que uno pueda crear un servicio “parásito” que suma valor a redes sociales ya establecidas y que se benefician de la masa crítica en vez de tener que salir a buscarla