Mientras en el mundo Uber se anima a pelear con sindicatos de taxistas y alcaldes enojados, parece que su primer revés legal es en USA entre conductores que quieren ser recategorizados como empleados de Uber y no como contratistas usando como precedente el caso de las strippers de un club de Massachusetts y la misma abogada que las representó.
“They’re passing themselves off as doing great things for the world, when really they’re creating these jobs that don’t even have the basic protections that have been put in place over decades to make sure workers get some minimum standards.”