Mientras ponderaba el hecho de que deberle un post a Mariano era peor que sacar un préstamo me di cuenta de una cosa: “estamos convencidos que por Internet la información es gratis y accesible”.
En los últimos 15 años nos hicimos acreedores de una teoría fenomenal e irreal como pocas veces hemos visto, somos los dueños de la verdad. En mi rol de discutidor profesional de las cosas que pasan cuando uno está en Internet me cansé de ver gente que reclamaba que el acceso a la información, toda, entera, debería ser irrestricto y gratuito. La cruda realidad es que la información no es gratuita en ningún modelo ni escala posible. Alguien siempre paga las cuentas, hay un costo asociado con la información y por ende hay un costo distribuido a través del modelo que el distribuidor de la información crea conveniente. Ya sea publicidad o paywalls divertidísimos que nos hacen la vida moderadamente más dificultosa la información tiene sustento comercial.
Encontramos otra digresión violenta con servicios que parecen gratuitos pero no lo son y encima nos quejamos cuando lo descubrimos.