Si la obsolescencia programada nos parecía una locura porque la vida útil de un objeto se diseñaba con una vida útil atada a las necesidades de una empresa, la evolución de este concepto en la era de Internet of Things es alienante y el ejemplo de Google “apagando” el hub de smart-home Revolv es el mejor ejemplo de los peligros de ceder el control de tus cosas, ya no solo de tus datos, a un tercero.
Revolv era un producto realmente interesante, que hacía de “hub” concentrador de smart things, conectando equipos de diferentes marcas en una app y creando hasta macros para que estos funcionen en sintonía y la idea era interesante porque tener un Sonos, un Nest, varias Hue Phillips y etc complicaba tu vida… hasta que Google, a través de Nest, lo compró y prometió que el “soporte de por vida” no iba a terminar.
¿La realidad? no sólo terminaron el soporte de por vida, dejando que un equipo que conecta funciones vitales de un smart-home se vuelva viejo y vulnerable a ataques, sino que Google remotamente desactivará el dispositivo el dia 15 de mayo de 2016 haciendolo inusable para todo, con una app que cesará funciones y con lo que era tu smart-home sin el “cerebrito” que lo conectaba.
Hay varias versiones dando vueltas, que enviaron un email, que Nest (subsidiaria de Alphabet/Google) avisó hace un mes y varias otras, pero al fin del día esto muestra que ni aún las promesas de “servicio de por vida” pueden evitarte que un día una empresa cierre remotamente tu acceso a algo que compraste, repito COMPRASTE y no alquilaste, porque cambiaron sus prioridades de mercado.
Seguro van a existir justificaciones pero esto muestra que hay más de un tema que regular en Internet, especialmente cuando infraestructura cada día más sensible y vital se conecta a la red y puede ser remotamente apagada.