Hoy Samsung compró Boxee en U$S30 millones, apenas lo mismo que el startup israelí había levantado de inversores privados, y mientras para algunos es una noticia casi anecdótica, creo que es interesante ver como el poder de la TV sigue intacto pese al futuro negro que todos le auguran.
Y me sorprende que siempre se hable de la muerte de la TV cuando sigo viendo que, en vez de desaparecer, los contenidos parecen reinventarse pero manteniendo la “caja boba” como centro del living [o dormitorio] de casi todo el mundo.