Andrew Baron acaba de poner en venta su cuenta de Twitter en una subasta de eBay con la posibilidad de seguir usando su nombre o cambiarlo.
Ridículamente dice que el valor de esta compra está en “la audiencia instalada de más de 1400 followers de mucha calidad” y aclara que no da garantías de que, al momento de concretarse la venta, los seguidores no se vayan automáticamente.