Dos mantras parecen ser parte de la moda del emprendedorismo; “hacemos esto para cambiar el mundo” como si estuviera mal hacerlo para ganar plata y “si no fracasás es que no lo intentás” pero pocos saben como manejarlo o incluso salir a explicarlo… y esta crítica trata de ser constructiva.
Hoy leo en La Nacion la oficialización de la quiebra de Geelbe que generó muchos titulares de los buenos pero luego entraron en un cono de silencio como hicieron al menos otros 3 startups que me quemaron la cabeza con “recibimos una inversión y cambiamos nuestro foco!”